Proyecto de ampliación del Pabellón I
- La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales cuenta actualmente con 100.000m2 de edificios que fueron construidos entre los años 1960 y 1970. Desde entonces, el paso del tiempo ha deteriorado las instalaciones y, al mismo tiempo, las normas de edificación han ido evolucionando.
La Facultad ha realizado en forma permanente reparaciones y obras destinadas a arreglos acotados, pero en general se trataron de acciones tomadas ante la detección de problemas concretos y su ejecución se daba dentro de los Planes de Obras de la UBA (con sus fondos, con sus tiempos).
Desde el año 2000, la UBA dejó de tener un Plan de Obras y, en forma paralela, la Facultad fue ampliando la capacidad de generar proyectos arquitectónicos. Así llegamos al año 2006, durante el cual percibimos claramente que además de los problemas propios de una infraestructura con casi 40 años de antigüedad, estábamos sufriendo las consecuencias de una crisis de crecimiento.
En los últimos años, los docentes-investigadores están recibiendo mayores subsidios, lo que genera un incremento no solo en la cantidad de instrumental y equipos científicos sino también, por citar un ejemplo, en la cantidad de equipos de aire acondicionado. Pero, además, desde el año 2004 se viene incrementando el número de investigadores que ingresan al CONICET y la cantidad de becarios. Desde aquel momento, se han incorporado a la Facultad más de 300 investigadores de CONICET y se ha duplicado la inscripción a las carreras de doctorado de nuestra Facultad.
Por todo esto, al asumir esta gestión -en marzo de 2006- se asignó a la secretaria de Hábitat, quien trabaja asistida por la Subsecretaría Técnica y el Servicio de Higiene y Seguridad, la tarea de confeccionar un Plan de Obras 2006 - 2010 para la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que contemple tanto reparaciones como las ampliaciones necesarias. Estas iniciativas tuvieron difusión pública (http://www.lanacion.com.ar/897101-edificios-se--buscan).
- Localización de la obra
Al analizar las posibilidades de ampliación de las instalaciones se tuvo en cuenta que:
- el Pabellón II, por sus características constructivas, no puede ser ampliado en sus laterales, porque todos son vidriados y limitan con espacios ocupados, ni en altura, por encontrarse en el corredor de aproximación del Aeroparque.
- El Pabellón I cuenta con un sector apto para ser ampliado, donde se ubica el corredor de acceso de Planta Baja y el corredor anterior al Aula Magna.
- El Departamento de Computación fue creado en el año 1985, y se le asignaron espacios que no fueron pensados para los usos que actualmente tienen.
- Debido a la falta de espacio en el Pabellón I, hace aproximadamente 25 años se mudó el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos al Pabellón II, si bien desde el punto de vista disciplinar es mas adecuada su instalación en el Pabellón I, como fue pensado originalmente.
- Cuando se recrea el Instituto de Cálculo, en el año 1988, se ubica en el Pabellón II, dado que era el espacio disponible. Académicamente, el Instituto de Cálculo tiene una fuerte articulación con los Departamentos de Matemática, Computación y Física. [1]
- Existe un faltante de aulas destinadas a docencia, especialmente con capacidad para 60 alumnos.
Por todo lo expuesto, la mejor ubicación para la obra de ampliación resultó ser el sector aledaño al Pabellón I ubicado al norte del mismo. A esto se suma la posibilidad de generar un acceso al nuevo edificio y al Pabellón I de usuarios de los medios de transporte públicos, a través de la calle principal de Ciudad Universitaria, minimizando el traslado al aire libre.
Avances
Tal como se informó públicamente en junio de 2009
http://obras.fcen.uba.ar/archivos/Cable_719.pdf
http://obras.fcen.uba.ar/archivos/Avances_2009_05.pps
luego de la presentación del Plan de Obras al Consejo Directivo de la Facultad y al Consejo Superior de la Universidad, se firmó un convenio con la Unidad de Prefinanciación del Ministerio de Economía de la Nación (UNPRE) para la realización de los estudios previos.
Posteriormente se ejecutó un acta acuerdo con la Facultad de Arquitectura, mediante la cual se realizaron el Plan de Necesidades, los estudios de suelos y mensura, el relevamiento de especies vegetales (con recomendación individuales en caso de necesidad de traslado), y las consultas al Consejo del Plan Urbano Ambiental del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a la Fuerza Aérea Argentina.
A principios de 2010 el Dr. Sebastián Ceria, egresado de esta Facultad se suma al proyecto, y ofrece contactar al arquitecto Rafael Viñoly. El Arquitecto Viñoly es un egresado de la UBA reconocido internacionalmente por sus proyectos, entre los que se encuentran edificios para entidades culturales, educativas y de investigación. Viñoly ofrece donar los honorarios de la elaboración del proyecto, que se estiman normalmente en el 4% del valor de la obra. Esta donación ha sido formalizada el viernes pasado ante la Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández, en una audiencia solicitada por el Sr. Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. Lino Barañao. (http://www.mincyt.gob.ar/noticias/noticias_detalles.php?id_noticia=65). Los fondos necesarios para la construcción del proyecto serán aportados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
- Presentación ante Cristina Fernández de Kirchner
El viernes 18 de febrero de 2011 fue presentado a la Presidente de la Nación el proyecto "Cero + Infinito" del arquitecto Rafael Viñoli. Desde ese momento, se confeccionaron los pliegos licitatorios, en parte con la donación efectuada por el Dr. Sebastián Ceria, graduado de Exactas UBA.
- Firma de convenio
El miércoles 31 de octubre de 2012 el Sr. Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, José Lino Barañao, y el Sr. Rector de la Universidad de Buenos Aires, Rubén Hallú, firmaron el convenio para la licitación y posterior construcción del edificio. El terreno es aportado por la UBA mientras que el financiamiento de la construcción es provista por el MyNCyT.
[1] Historia del Instituto de Cálculo
El Instituto de Cálculo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales abrió sus puertas el 15 de mayo de 1961. Su fundación fue una de las acciones de mayor impacto entre las creaciones llevadas a cabo por Rolando García y Manuel Sadosky, por entonces decano y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. El IC no sólo albergó a numerosos grupos de investigación que pronto alcanzaron prestigio internacional, sino que además ofrecieron un valioso servicio a la sociedad y abrieron el primer surco por donde desarrollarían su camino las ciencias de la computación en América Latina. Se gestionaron los fondos para comprar una computadora Mercury desarrollada por la empresa británica Ferranti, una gigantesca colección de módulos que contenían más de cinco mil válvulas. El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) aportó la suma de 152.099 libras esterlinas para su compra, si bien muchos de sus miembros, como el propio presidente, Bernando Houssay, no percibían entonces la importancia que tendría la computación en todas las esferas de la vida. En el IC se planeó “organizar un servicio nacional de cálculo para facilitar el uso de la computadora por todos los centros científicos y técnicos del país”. Desde su inauguración, el instituto comenzó a ofrecer un servicio de cómputo único en el país. Centros de investigación de toda la región, organismos estatales, empresas públicas y privadas hicieron uso de la computadora que comenzó a ser conocida con el nombre de Clementina. La demanda fue de tal intensidad que, para optimizar su uso, el IC organizó cursos de AUTOCODE por todo el país a cargo Ernesto García Camarero, matemático español que se sumó al equipo del IC. Mientras esta tarea de indiscutible valor popularizaba la existencia del Instituto de Calculo, se pusieron en marcha grupos de investigación entre los cuales se destacaban el de mecánica celeste dirigido por Pedro Zadunaisky, estadística (Sigfrido Mazza), economía matemática (Oscar Varsavsky) e investigación operativa (Julián Aráoz). Consciente del desarrollo que se avecinaba, Manuel Sadosky impulsó la creación de la Carrera de Computador Científico, que durante muchos años fue en nuestro país la única instancia de formación de especialistas en computación. Los intereses académicos de Sadosky estaban reflejados en el plan de estudios, claramente orientado en dirección del cálculo numérico y las aplicaciones científicas de la computación.
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