CÓMO SE HACE ESTE PLAN
Para concretar el Plan de Obras es necesario transitar una serie de etapas, que comienza la detección de las necesidades y la elaboración misma del plan. Posteriormente debe realizarse el relevamiento estimativo para a continuación confeccionar los planos con el objeto de poder licitar la obra. El costo aproximado de esta etapa es del 4 por ciento del total de la obra.
Seguidamente, y para concretar la licitación, es necesario conseguir fondos. El paso siguiente es concretar la licitación, lo que requiere obtener oferentes aceptables, y adjudicarla. Finalmente, ejecutar la obra.
Desde que se presentó el Plan de Obras, se trabajó en dos frentes:
- difusión de la necesidad del Plan ante los organismos de decisión y la sociedad en general, y
- preparación de la documentación y estudios técnicos para la ejecución del Plan.
En agosto de 2006, el Plan fue ingresado oficialmente
a la UBA y se solicitó al Consejo Superior que el
mismo fuera apoyado y elevado al Ministerio de Educación
para su financiamiento. Entre la falta de autoridades
y la posición de un sector que propuso que no se presentara
nada "hasta que no se haga un relevamiento general
de la UBA y se asignen prioridades", el trámite interno
quedó demorado. Paralelamente, la Facultad presentó
el Plan al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
(MECyT), a la Secretaría de Políticas Universitarias
(SPU), a la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva (SECyT) y al Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET), dado que es obvio
que sin Plan de Obras no hay lugar para los nuevos
investigadores y becarios que son la base del Plan
de Ciencia y Técnica del Gobierno Nacional. Asimismo,
el Plan de Obras fue presentado también en la editorial
del número 36 de la revista de la Facultad, bajo el título "La pata
que falta", y tuvo como repercusión una nota de la
periodista Nora Bär, en La Nación "Edificios se buscan".
Asimismo, entre 2011 y 2012 se sucedieron dos artículos de opinión en el diario Página 12, referidos al proyecto de desarrollo científico de nuestro país, que involucra a la Facultad: Adrián Paenza escribió el artículo "Clementina y un lugar para sus hijos" y Jorge Aliaga "Ciencia aplicada al desarrollo".
Luego de varias reuniones con funcionarios técnicos, resultó obvio que era conveniente dividir el Plan en dos secciones con características distintas:
- adecuación a norma y mantenimiento correctivo,
y
- ampliaciones para docencia e investigación.
Mientras que la primera sección era una larga sumatoria de obras pequeñas y medianas acotadas en su complejidad técnica, la segunda implicaba la construcción de edificios o anexos nuevos. Decidimos avanzar, entonces, en la confección de pliegos convencidos de que era más fácil conseguir financiamiento si la documentación estaba terminada. Al contar la Facultad con personal calificado propio no dependimos de la UBA, que debe realizar el relevamiento y planos para el resto de las unidades académicas.
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